El Tai Chi es meditación en movimiento,  usa movimientos continuos y circulares, suaves y relajados, en un proceso que genera aumento de la sensación de bienestar corporal. Con esto se logra un alto estado de claridad mental y de relajación.

Esta disciplina milenaria se basa en la estimulación de circulación de la energía interior a través de los meridianos del cuerpo mejorando la salud, aumentando la vitalidad y favoreciendo la longevidad.

Existen cuatro metas fundamentales en la práctica del Tai Chi:

a) Mantener una vida saludable.
b) Auto-curación de ciertas enfermedades.
c) Controlar y manejar una alta técnica de autodefensa.
d) Aliviar y ayudar a curar algunas enfermedades en otras personas.

A diferencia de muchos de estos deportes, el Tai Chi sólo requiere para su ejercitación de una mínima movilidad y habilidad cotidiana, además, tiene la ventaja de ser una disciplina en la cual la edad no es impedimento para su práctica en contraste con otros deportes que deben ser abandonados por este motivo, debido al inevitable desgaste físico que ellos implican.

Algunos autores describen al Tai Chi como una técnica de movimientos suaves que desarrollan de manera natural la energía vital,  que circula por el cuerpo a través de los 12 meridianos chinos con fluidéz, lo cual mantiene al cuerpo físico en armonía con la mente.

Existen varias formas de traducir  el vocablo  Tai:  lo Supremo y  Chi:  fuerza vital.   Tai Chi: Equilibrio de la Vitalidad.  Una segunda traducción sería Tai Chi: el último escalón, lo más grande,  de alto nivel. En este caso se dice que se trata del nivel más alto desarrollado por las energías yin y yang, es decir cuando alcanzan el estado de completa armonía. A este equilibrio lo simbolizan con un dibujo circular de color  blanco y negro conocido como el   yin-yang.

Es una disciplina marcial de defensa personal muy antigua que se transmite de generación en generación, algunas referencias datan de hace más de cuatro mil años. Cuenta la leyenda que uno de sus precursores fue un  pensador taoísta llamado Chan San Feng (dinastía Sung, alrededor del año 100 después de Cristo) en su retiro del monte Wu-Tang. Cuando observó como una grulla y una serpiente luchaban en combate para sobrevivir. Se dió cuenta que -al revés del hombre que en sus combates lo hace para vencer-  éstos animales lo que intentaban era salvar sus vidas, para  salir ilesos y conseguir no salir dañados. Pudo  percibir como realizaban círculos de entrada (ataque) y  círculos de salida (defensa) y solamente de esta manera, había una compensación  en el equilibrio de opuestos,  es decir de los principios Yin (femenino) y Yang (masculino).

Al practicar esta disciplina la persona  encuentra el equilibrio y la armonía interna, consiguiendo una verdadera salud física y mental  que  le permite aceptar las circunstancias de la vida y sus procesos naturales, con una actitud de apertura y flexibilidad de  manera serena y sin esfuerzo.

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